Wiki Mikazuki
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Punto Ciego
Kurai (portada)
(盲点, Mōten)
Información
Anterior El Camino que Elegí (Parte 2)
Número Capítulo #31
Siguiente Aquellos que Acechan en las Sombras
Saga La Danza del Agua (Saga)
Personajes
Kenshin
Kurai Ishinomori
Objetos
Gaia

Punto Ciego (盲点, Mōten) es el capítulo # 31 de las Crónicas de la organización Mikazuki.


Sin esperar más, Seishin sacó su mapa y señaló un punto en específico cerca de la ubicación de la cúpula- sugiero dispersarnos en grupos de dos, cubriremos más territorio y ocultarnos será más fácil, nos encontraremos a orillas del río, la guarida de Oyuki se encuentra cerca, solo tenemos que seguir hacia adelante y tratar de no perdernos- sonrió de lado ¿cómo llevan eso de la orientación?- preguntó para destensar el aire, sintiéndose ya más en confianza con sus compañeros.

.-Muy bien, Seishin ve con Nao, Makoto-jiichan ve con Ren y yo iré con Zack-kun- organizó los grupos rápidamente Ame.

Debemos aprovechar la oscuridad de la noche para escabullirnos en Kirigakure lo más rápido posible- mencionó Nao.

.-Entonces nos vemos en un par de horas, que comience la carrera contra reloj- motivó Ame chocando su puño derecho con su palma izquierda en un gesto típico de ella.

.-¡Hai!- exclamaron a coro todos con toda fuerza en sus voces y en un salto desaparecieron con los últimos rayos de luz solar.

• • •

Llevaban ya algunos minutos saltando de rama en rama, en el mayor silencio posible, llegaron a un espacio despejado de árboles con una pequeña laguna indicando la cercanía de algún riachuelo.

.-Agua… No debe faltar mucho para llegar al río- mencionó en voz baja Zack hacia Ame.

.-Si- susurró algo distraída, desde hace un par de Kilómetros podía sentir una mirada penetrante vigilándola, temía que los hubieran descubierto- Zack-kun ¿por qué no trepas el árbol más alto que notes? Quizá logres ver el río, eres alto.

Zack notó la mirada incómoda y pérdida de la joven Senko, por lo que dudó de hacer lo indicado pero al final accedió con un asentimiento, no era mala idea, tal vez solo necesitaba un momento a solas.

.-Sé que estás ahí- habló Ame a la nada- ya deja de ocultarte, sal.

A la mención de sus palabras, inesperadamente todo comenzó a dar vueltas para ella ¿Genjutsu?

Escuchaba una risa fantasmal proveniente de la nada oscura del bosque, acercándose con tortuosa lentitud.

.- ¡Argh! ¡¿Qué quieres de mí?!- exclamó agresiva, al sentirse atrapada por el enemigo.

Un fuerte pitido en sus oídos hizo que cayera de rodillas al suelo sujetando su cabeza con dolor.

.- Agonía... agonía... agonía...- repetía entre susurros de deleite una voz en la oscuridad, que cada vez se volvía más densa a su alrededor.

.- ¡¡Déjame en paz!!- gritó con su furia incrementando y rasgando su voz casi en un rugido.

.- Niña pura tu dulce espíritu sucumbe a la oscuridad...- la voz comenzaba a envolverla como si bailara a su al rededor.

Con desesperación trataba de encontrar el origen de su tortura, sin éxito.

.- Niña pura te has roto, tan frágil como el cristal, corazón de acero, sangre de vino...- la voz parecía cantar aquellos versos, susurrando cerca y lejos, envolviéndola, torturándola...

.- Princesa... -más voces se unían coreando a la voz inicial.

.- Un alma de fuego, la heredera de la luz... Deja ya de luchar, es en vano…- canturreaba la voz con malicia coreada por voces avernales.

.- Ayuda...- pidió encogiéndose aún más de rodillas... iban a romper su cordura.

.- No puedes escapar...  susurró otra voz risueña en la densa oscuridad, vio un atisbo de niebla y trató de seguirlo con la mirada llena de lágrimas, llena de pánico.

.- ¿Qué quieres de mí?- susurró con dolor.

.- Tierna princesa sigue danzando en tu pesadilla, pues esto es solo el comienzo dulce ángel- decía la voz con fingida compresión y casi pudo sentir una helada caricia en su mejilla- tu alma me pertenece...

La voz se desvanecía, haciendo eco al mismo tiempo, mientras la luz de la luna volvía a brillar en el bosque, se sentía perdida, desolada.

.- Pero no voy a rendirme... ¿me oyes?...- sujetándose de su espada se puso de pie, con el dorso de su mano secó sus lágrimas con fuerza.

.- ¡¡Seas quien sea y estés donde estés, no podrás tomar mi corazón, porque la simple existencia de la luz ya representa la extinción para la oscuridad!!- exclamó al aire con sus ojos furiosos brillando con determinación.

• • •

.- No puedo usar ninjutsu en su contra…- pensó Shinku mientras aterrizaba con gracia a espaldas del espadachín, dispuesta a terminar con esa batalla de una vez por todas.

El hombre aprovechó la oportunidad para rodar hasta donde se encontraban sus espadas y levantarse rápidamente ya en posesión de ellas.

.- ¡Pero ¿cómo…?!- el casi imperceptible movimiento sorprendió a la Uzukage pero muy pronto se dio cuenta del motivo por el que incrementó el poder del espadachín de un segundo a otro- Ese sello maldito…- susurró.

Sus ojos estaban fijos en los movimientos agitados del hombre producto del control del sello, el mismo se lanzó en su contra nuevamente con violencia y su elemento rayo cruzando sus espadas en una nueva fiera lucha.

Shinku esquivaba con auténtica agilidad cada uno de los movimientos frenéticos del extraño, utilizando a Gaia como protección de vez en cuando, logró atinar una patada en la rodilla del hombre obligándole a caer, pero no sirvió de mucho pues nuevamente recobró la postura a una velocidad increíble.

.-Tsk…- la mirada de Shinku se oscureció, fugazmente echó una mirada al cielo, completamente oscuro, tenía que hacerlo… no podía guardar su compasión.

Saltó sobre el hombre, alcanzando el tallo de un árbol y usándolo como impulso para volver a lanzarse y desorientarlo, funcionó, el hombre fuera de sí trataba de atacar con sus espadas.

Entonces sucedió.

Con un movimiento rápido de sus garras, lo decapitó…

La sangre salpicó su ropa y su salvaje cabello carmesí cubrió su rostro mientras respiraba agitada, la cabeza del hombre rodó unos metros y el cuerpo inerte se desplomó a sus pies, formando un charco de sangre, envainó nuevamente su espada la cual aún se encontraba en sus manos, tomó en su poder las Kiba y se alejó lentamente caminando, respiró profundo calmando su acelerado pulso, producto de la adrenalina. Cerrando y abriendo sus ojos con calma se internó en el bosque otra vez.

Ya estaba hecho.

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