Wiki Mikazuki
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Contrarreloj
Mirai Yano- Sello del fenix
(裁判, Saiban)
Información
Anterior A prueba de Fuego
Número Capítulo #36
Siguiente Oscura Traición
Saga La Danza del Agua (Saga)
Personajes
Hayato Uchiha

Contrarreloj (Saiban, 裁判) es el capítulo # 36 de las Crónicas de la organización Mikazuki.


.-Seishin-chan… Si caes siete veces, levántate ocho porque los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez, persigue tu meta y sigue esforzándote cada día más para conseguir aquello que tanto anhelas.

Las palabras penetraron la mente y el corazón de la niña de oscuros cabellos que sonrió ampliamente apretando sus pequeños puños con determinación.

.-¡Hai!- respondió con fuerza.

• • •

.-Debo continuar ¿Dónde están…?- pensó observando a poca distancia el punto de encuentro.

• • •

.-Repito, hablas demasiado…- dijo Zack sin variar su seria expresión.

Un brazo a la espalda y con porte elegante elevó su espada a la altura del pecho de su contrincante con la gracia de un samurái y sonrió de lado.

Un aura dorada envolvió su cuerpo maltrecho pero en pie y sus heridas comenzaron a sanar.

.-¡¡Libérate sello del fénix!!- exclamó el de ojos violeta y su piel comenzó a ser recorrida por marcas negras con forma flamas. Dos alas negras de fuego sobresalieron de su espalda y su mirada se tornó dorada. Expulsó un gigantesca llamarada con dirección a Zack.

Zack dio fue fuerte salto para esquivar la poderosa flama, lográndolo con dificultad.

Sin esperárselo de entre las llamas apareció Mirai siendo uno con el fuego, encajó el filo de su espada atravesando parte de su pierna izquierda resultando fuertemente dañada, un grito gutural de dolor emergió de su garganta en reacción.

La fuerza de la puñalada y su instinto de supervivencia lo impulsaron hacia atrás, tratando de mantener su equilibrio logró permanecer en pie mientras a su alrededor todo ardía.

Una risa psicótica provino de Mirai Yano que observaba con sadismo la escena del bosque arder.

Pero Zack no era débil… Mucho menos tonto… y aún en un infierno ajeno el espíritu del fuego estaría a su favor.

Sus fuertes brazos se encendieron en llamas rojizas y un anillo de fuego rodeó su cuerpo mientras se acercaba con determinación hacia su oponente, arrastrando su pierna herida ¿la perdería en esta batalla? No le importaba…

.-Pagarás por lo que has hecho… ¿Quién te ha enviado? No perteneces a este lugar…- cuestionó de forma hostil.

El de ojos dorados volvió a reír con locura, dirigió su mirada perdida y hundida en la sed de sangre hacia ningún punto en específico…

.-Mirai… regresa…- Mirai escuchó la voz femenina en su cabeza- Ya podrás concluir con esto después…

.-Esa chica está muerta, ya no hay más esperanza…. Escucho al voz de las llamas, están muertas… ambas… están con ella…- susurró con sus voz variando de tonalidades, como si ya no fuera la misma persona

.-Posesión… - dijo para sí mismo Zack mientras colocaba su espada de manera defensiva y aunque el anillo de fuego de protegía, no tenía idea del verdadero potencial de esa posesión… ¿Qué rayos era eso?

De Mirai emergió un rugido desquiciado y entre gritos fue tragado por el mismo fuego que él había creado…

Zack retrocedió unos pasos, ¿qué demonios es ese poder? Alguien así…

Entre el fuego que poco a poco se extinguía relució la figura de Nuibari.

El joven de cabellos oscuros soltó un jadeo exhausto y sintió en su pierna una fuerte punzada de dolor, trató de acercarse a Nuibari pero su cuerpo no pudo soportarlo más, cayó de bruces contra el frío suelo sujetando con debilidad ambas espadas.

Vulnerable…

¿Qué demonios había sucedido ahí?

¿Moriré?

Se cuestionó mentalmente antes de caer en la inconsciencia.

• • •

.-Esta será nuestra estrategia, procura ir con cuidado, calcula incluso el tiempo de tus pasos, es más seguro esconder nuestra presencia si vamos solas.

.-También aumentan las probabilidades de que nos maten- comentó seriamente la mayor.

.-Corramos el riesgo- sonrió de medio lado la de cabellos azules- hazme caso, eres inteligente Shinku-chan, si nos atrapan juntas las posibilidades de que una pueda escapar para encontrarse con Seishin son casi inexistentes, no ocurrirá el mismo milagro dos veces- trató de persuadirla.

.-Está bien…- accedió dudosa- lo dices como si estuvieras segura de que van a atraparnos, se cautelosa por favor.

Shinku se preparó para seguir la estrategia establecida por Ame.

Formarían un circulo, una por la derecha la otra por la izquierda se encontrarían en el punto establecido con Seishin, al aparecer por distintos lados las posibilidades de una emboscada exitosa aumentarían en el caso de que el enemigo ya esté enterado de su plan de reunión.

Tenían a alguien capaz de entrar en sus mentes después de todo, aunque temía por Ame, era un poco descuidada…

.-Confía en mí, Shinku- pidió la joven Senko mirándola directamente a los ojos.

.-Confío en ti- fue lo último que dijo antes de alejarse saltando por los árboles.

Ame imitó su acción tomando el camino contrario mientras de cerca un par de ojos azules le acechaban con un brillo de curiosidad.

• • •

A pocos metros del punto de encuentro se encontraban ya Makoto y Ren inspeccionando el terreno a una distancia prudente. No parecía que haya nadie custodiando la “entrada” del pasadizo aun así nada les aseguraba lo que hallarían en su interior.

Afortunadamente habían podido llegar a su destino sin contratiempos ni enemigos al acecho, quizá por la ayuda de Ren que parecía tener una excelente orientación dentro del lugar.

.-No parece haber peligro, han pasado un par de minutos y no se ha notado ningún movimiento ni dentro ni fuera del objetivo- comentó en voz baja Makoto.

.-¿Quién sabe…?- la voz de Ren se envolvió en misterio, Makoto volteó a verlo con extrañeza percatándose de que toda amabilidad y timidez se había extinguido de los ojos del hombre.

Sonrió de lado con ironía, lo sabía, era demasiado sospechoso haber avanzado tan fácil.

.-A veces el enemigo está más cerca de lo que esperas, viejo- diciendo esto desenvainó una pequeña katana de su espada y se lanzó directo al cuello de Makoto.

El anciano se sorprendió por la inhumana velocidad de “Ren” y antes de ser fríamente degollado observó cómo marcas negras con forma de espinas recorrían al shinobi desde la parte posterior de su cuello hasta enredarse en sus manos.

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